Los residuos de la epidemia:
el sector de acero también se enfrenta al reto
El confinamiento ha permitido que la Tierra respire, pero solo un poco… De hecho, la contaminación del aire ha vuelto a Europa, y ya alcanza niveles similares a los del mes de marzo. Este paréntesis ha terminado, y desafortunadamente no son buenas noticias, ni para nuestra salud, ni para el medio ambiente, ni a largo plazo para nuestro ecosistema industrial.
Como empresa líder en su campo y pionera en políticas de seguridad, higiene y salud en el trabajo, la responsabilidad de Arania pasa por tratar que esta pandemia y sus efectos generen el menor impacto ecológico posible. Ya sea en términos de emisiones, de contaminación o, sobre todo, del correcto tratamiento de los desechos generados por el uso de los EPI (equipos de protección personal), un proyecto industrial responsable pasa por abordar estas cuestiones con la seriedad que se merecen.
Por ejemplo, el teletrabajo implantado por Arania siempre que sea posible ayuda a reducir la contaminación atmosférica, retirando cientos de vehículos de las carreteras cada día, al tiempo que se reduce el consumo energético en nuestras instalaciones.
No obstante, la limpieza del aire se acerca a los niveles previos a la crisis sanitaria y al confinamiento. Además de la renovación de la contaminación atmosférica, la crisis de la COVID-19 está dando lugar a una nueva fuente de polución, a medida que el equipo de protección personal, como guantes y mascarillas, se abre paso hasta los mares y océanos del planeta.
Una vez superada la fase más cruda de la epidemia, el deber de Arania pasa por proteger a su plantilla, colaboradores y clientes. No obstante, es necesario hacerlo de una forma responsable. Sin ir más lejos, los millones de mascarillas que se utilizan a diario en todo el mundo representan otro gran reto para nuestro ecosistema industrial.
De este modo, los residuos provocados por el uso intensivo de EPI se han convertido en un problema creciente, ya que la obligatoriedad de utilizar mascarillas y guantes en los lugares de trabajo está cada vez más extendida en todo el mundo. En este contexto, es probable que la mayoría de las empresas del sector deban adoptar medidas concretas para tratar estos problemas en el futuro, y en especial a lo largo de 2021.
La mayoría de las estimaciones aseveran que los EPI representan menos del 1% de los residuos recogidos en los últimos meses, lo que demuestra que el problema podría aumentar a medida que la pandemia se prolongue, sumándose a los ya considerables niveles de residuos en los mares, donde se estima que se vierten ocho millones de toneladas de plástico cada año, según la WWF.
Arania, como empresa líder en responsabilidad industrial, afronta este reto con la importancia que se merece.