Arania mantiene la confianza (y la prudencia) ante el corte del gas ruso
Ante la brusca caída del suministro de gas procedente de Rusia, que hasta hace poco cubría el 40% de las necesidades de gas de la Unión Europea, tanto gobiernos como empresas se esfuerzan por encontrar recursos energéticos alternativos, con cierto temor a posibles cortes de suministro. No obstante, Arania mantiene la confianza gracias a una dependencia significativamente inferior del gas ruso en comparación con países ubicados en el norte de Europa. La cercanía de puertos y plantas regasificadoras aporta gran flexibilidad para evitar posibles interrupciones en la cadena de suministro. Europa debería conseguir evitar los cortes de energía durante el próximo invierno, pero la actividad económica está sufriendo una intensa presión.
La guerra del gas con la invasión rusa de Ucrania como telón de fondo no da tregua. Los precios de la energía se encuentran en los niveles más altos de la década, y algunas empresas europeas que hacen un uso intensivo de la energía han comenzado a reducir, incluso detener la producción. En el norte y centro de Europa, decenas de plantas de diversos sectores, como el acero, el aluminio, los fertilizantes y la propia industria eléctrica, se han visto obligadas a parar porque los elevados precios del gas y la electricidad están socavando la competitividad.
Bajo la presión de Rusia, que ha cerrado indefinidamente el grifo del gasoducto Nord Stream 1, Europa multiplica sus esfuerzos por ampliar el almacenamiento y asegurarse fuentes alternativas de suministro de gas natural. Entre estas medidas figura el aumento de la capacidad de importación de gas natural licuado, así como objetivos para reducir la demanda industrial. El gas natural es la principal fuente de energía utilizada para calentar los hogares europeos, y también es un insumo esencial en la producción de multitud de sectores industriales. De esta manera, también es un input crucial en la producción de acero laminado.
Además, existe una serie de infraestructuras de regasificación en toda la península ibérica que garantizan, de alguna manera, la posibilidad de recibir gas licuado en barco de cualquier parte del mundo. En el caso de Arania, cuya planta está ubicada a unos 25 km del puerto de Bilbao y de su importante infraestructura de regasificación, el sentimiento es optimista (aunque prudente) con respecto al nivel de suministro de gas. En definitiva, gracias a las medidas tomadas por la dirección de la empresa y debido a su entorno energético e industrial, si se produjese un corte total del gas ruso, la planta de Arania podría continuar con la fabricación de acero.
Además, en lo que se refiere a garantizar el suministro de materia prima que permite la fabricación de fleje laminado de acero en frío, Arania tiene identificadas fuentes de suministro alternativas, optando por la diversificación geográfica de proveedores con el objetivo de amortiguar las posibles interrupciones en la cadena de suministro.
Se trata de una fuerte apuesta financiera y estratégica que permitirá a Arania hacer realidad la producción del acero de alta calidad que requiere en sus procesos de una forma sostenible, al mismo tiempo que afianza sus valores de compromiso con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.
El acero verde se convierte así en una prioridad dentro de la estrategia de consolidación de este tipo de acuerdos que Arania quiere establecer con sus proveedores, ya que permitirán trasladar a socios, colaboradores y clientes todo el valor añadido de la transformación de nuestra industria hacia una producción más sostenible.
En Europa, los niveles de almacenamiento de gas natural coinciden con los patrones estacionales, y las reservas también se llenan antes de lo normal, a pesar de las restricciones de Rusia. Alemania, por ejemplo, ya tiene sus depósitos al 90% de capacidad. Por ahora, en los mercados no se observa una escasez física de gas natural. Salvo que se produzca un invierno inusualmente frío, Europa está bien pertrechada para hacer frente a la escasez de gas. Se estima que el combustible almacenado actualmente cubre la demanda hasta diciembre, pero evidentemente las importaciones por barco también aliviarán el cerrojazo del gas ruso.
Es un mensaje positivo, aunque los precios parecen no reflejarlo, ya que el contexto geopolítico actual expone a muchos actores europeos del acero laminado, como Arania, a una situación que podría verse alterada por posibles medidas externas que puedan tomar los diferentes gobiernos y/o proveedores. Las temperaturas y el ahorro serán factores clave en la temporada de frío. En definitiva, hay que tener en cuenta que, en un entorno con una fuerte carga geopolítica, las cosas pueden cambiar rápidamente (incluso para mejor).